A propósito de elecciones: ¿reformas electorales?
A propósito de elecciones:
¿Reformas electorales?
En abril del 2014, la cooperación internacional auspicio un seminario
internacional denominado “Reformas
electorales: “Visones
plurales y comparadas para un debate democrático”. El propósito era que después del reciente proceso general
eleccionario del 2013, se generará un espacio de discusión coadyuvante en el
escenario ideal de diálogo interno-externo de los partidos políticos en el tema recurrente de reformas electorales y su eventual
respuesta a las prácticas disfuncionales, inconsistentes y viciadas que la ley electoral
del 2004, promueve por su “ambigüedad útil”, como mencionada una célebre
personalidad nacional que ejercicio la primera magistratura del Estado, bajo
ese lema y años después todavía, celebra.
En el evento participaron expertos electorales, hombres y mujeres, de
amplio nivel académico y con reconocida experiencia democrática y electoral,
quienes desde una perspectiva plural, presentaron diversos escenarios a través
de los cuales, la democracia Latinoamérica transita, considerando las buenas
prácticas internacionales y que contextualizadas a la realidad política y
electoral nacional actual, debían, como experiencias exitosas, ser conocidas,
evaluadas y en el mejor de los casos, contextualizadas a la realidad nacional,
para buscar el fortalecimiento del sistema democrático.
En esa recordada jornada, expusieron acerca de los diferentes “modelos
de democracia” que la región latinoamericana experimenta, sus particularidades,
sus oportunidades, sus amenazas; la dicotomía entre el fortalecimiento o
debilitamiento de la institucionalidad, el papel de los institutos políticos en
la democracia con partidos y su reto interno de fortalecimiento. La pregunta
obligada fue ¿Cómo dinamizar, “revitalizar” u oxigenar el sistema democrático? y
la búsqueda de respuestas inmediatas y oportunas, ante la amenaza de siempre, de
tener una “democracia con celofán democrático y corazón
autoritario”.
La jornada técnica, identificó que el déficit de construcción de
ciudadanía y la necesidad de revertir el mismo, como elemento imprescindible para
fortalecer la institucionalidad y consolidar la democracia. Una construcción
de ciudadanía que forme a los sujetos/as, con derechos y que permita la
transición a una plena democracia participativa con mecanismos de inclusión y pluralidad,
provoque a los partidos políticos, el reinventarse y trascender en respuesta a
la crisis de representación que hoy sustentan.
La necesidad de definir una nueva cultura política que rediseñe entre
otros, el papel de los medios de comunicación, de los partidos políticos, al establecer
y estrechar vínculos con la sociedad que les permitan transitar de meras
“maquinarias electorales” antidemocráticas a intermediarios válidos,
vigentes y creíbles entre el Estado y la ciudadanía. La revitalización de la
democracia, requiere acciones concretas que combatan, reduzcan y “erradiquen” la
brecha en el tema de la compra de votos que vulnera en primera instancia los
valores de la democracia y cuya coacción atenta directa y “arteramente” contra
la garantías de guardar la secretividad del voto y la inviolabilidad del mismo.
En la temática de las reformas electorales estaba dirigida la
obligación de vencer la opacidad, a través de la transparencia y el acceso a la
información pública, como elementos esenciales para el fortalecimiento del
sistema comicial como adminículo de la construcción democrática de país. “Las
reformas electorales deben promover elementos de confianza con
reglas claras, transparentes en los procedimiento de aplicación de justicia, de
competitividad y de cómo dirimir controversias”, “Sin duda, los
organismos electorales deben como buena práctica, controlar por completo el
proceso de elecciones; lo contrario hace un caso inédito de excepción en la
región” (en alusión a la administración electoral hondureña que comparte la
mesa electoral receptora con los partidos políticos legalmente inscritos),
externó una experta electoral que participó en una misión de acompañamiento en
las elecciones generales del 2013.
En el evento del 2014, se identificó que deben regularse las campañas
electorales, estableciendo los mecanismos de financiamiento permanente directo
e indirecto; a nivel público y privado, con “techos” de gasto y con la
administración por parte de la autoridad electoral; brindando además, acceso
gratuito a medios de comunicación por parte de las organizaciones políticas. Que a la fecha, se espera la aprobación en el Congreso Nacional, producto de un compromiso del gobierno actual, con la cooperación internacional que ha "catalizado" el proyecto de ley.
Entre otros temas, se abordó el papel de la
justicia electoral en los procesos comiciales y establecerieron la distinción
entre lo jurídico y lo político; así como, la valoración de la importancia de
contar con un órgano de justicia electoral, (independiente o dentro del órgano
jurisdiccional) para el necesario respeto a los fallos y el cumplimiento
irrestricto de la justicia electoral (en respuesta a los eventos de violencia
electoral causados por el fallo de la Corte Suprema de Justicia, en el caso de
la elección municipal, en San Luis, Comayagua)
A nivel de conclusiones, los expertos/as electorales recomendaron de
manera altamente significativa, la oportunidad para establecer “pactos” que
permitieran una reforma normativa que dinamice el sistema y lo haga más
confiable y creíble.
Hoy, dos años y meses después, las
observaciones y recomendaciones no han cambiado y como en economía, algunas
solamente son “ceteris paribus” (nada cambia). Para el partido de gobierno no
es importante hacer ninguna reforma, “con esa ley, ganamos…” menciono un
personaje que en una legislatura anterior a la actual, fungió como presidente
de la Comisión electoral del Congreso Nacional.
Otra de las "excusas", es que ya no hay
tiempo para reformas, aunque de último momento el presidente del Congreso
Nacional, convocó de urgencia para hablar de las mismas (aunque se jacta de
convocatoria, sin respuesta, a las mismas desde el momento que ejerció su cargo
hace tres años) y que se plantea la “negociación” de las mismas antes que la
legislatura clausure en enero de 2017).
La pregunta entonces es, ¿existe
voluntad política? para aprobar reformas electorales que no solamente busquen
una distribución de las cuotas de “representación” partidaria, en el Tribunal
Supremo Electoral y en el Registro Nacional de las Personas; o la de moneda de
cambio, con la reelección presidencial inmediata e indefinida o la de “por una
sola vez, como allá” ¿…?; sino, aquellas que permitan tener procesos
electorales más transparentes, confiables y creíbles, para fortalecer en suma,
la incipiente democracia que prevalece. No tener como resultado lo anterior,
nos llevará a la “conclusión pre adelantada” que tendremos de nuevo y como
costumbre histórica, que no tiene ideología, un nuevo placebo.
Denis Fernando Gómez Rodríguez
Octubre 7 de 2016
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