De la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras
De
la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras
La
corrupción y la impunidad no tienen ideología, la practican las personas que se
denominan conservadoras y las que son progresistas, las personas que son de
derecha, de “centro”, de izquierda y las que se autocalifican como
independientes.
El
Continente que nos referencia geográficamente, se caracteriza por ser el más
desigual del orbe y buena parte de ese epíteto, se debe a la galopante
corrupción decimonónica y su “ahijada” la impunidad que desde la conquista se
erige como un modelo de gestión pública y privada con presencia metástica, en
detrimento de la economía saludable que estos pueblos y el nuestro, en
particular, requieren para superar esas etapas “supuestas”, por las que deben
transitar los países en vías de desarrollo ¿ o permanentemente
subdesarrollados?
Ante
el clamor popular y un inusitado movimiento de ciudadanos/as indignados e
indignadas reclamando la aplicación de la justicia para los saqueadores/as del
erario y en particular, para aquellas personas ligadas al partido gobernante y el
resto de personas integrantes del desfile de corrupción estatal, con su “banda
marcial” de testaferros, sus “palillonas”, sus “pomponeras prepago” y todo sus
arlequines de maletín, que obviamente fue imposible tapar el sol con un dedo y
los tres monos (el que no habla, el que no ve y el que no oye) tuvieron que
bajar sus manos ante tanto latrocinio y su descaro.
En
enero 19 de 2016, con vigencia de cuatro años, el gobierno de Honduras firma
con la Organización de Estados Americanos el Convenio que crea la Misión de
Apoyo a la Corrupción y la Impunidad, como una voluntad ¿espontánea? que representa
la voluntad política en su lucha contra la corrupción y la impunidad en
Honduras.
Las
funciones de la misión de apoyo, entre otras, en materia de prevención y
combate a la corrupción se orientan a : 1) El acompañamiento, supervisión y
colaboración activa en casos de corrupción en Honduras; 2) El seguimiento de
las recomendaciones del MESICIC; y 3) La reforma del marco legal e
institucional para la prevención y combate a la corrupción en el sector privado
y público en Honduras, entre otras particularidades por materia de enfoque de
trabajo.
En
materia de justicia penal, analizar y evaluar el Sistema de Justicia Penal
hondureño y desarrollar planteamientos innovadores en las Reformas Judiciales,
Crear el Observatorio del Sistema de Justicia Penal. Este, operará con
independencia funcional, técnica y administrativa
En materia
política-electoral., acompañar la creación de un marco legal equitativo y
transparente en materia de financiamiento político y electoral. De igual, fomentar
mecanismos de aplicación de la ley sobre financiamiento de la política y los
partidos, para el procesamiento, investigación y aplicación de las sanciones establecidas
por violación de la normativa.
En
materia de seguridad, trabajar con contrapartes nacionales, apoyar el proceso
en curso de reforma de la Policía Nacional de Honduras, apoyar la conformación
la Unidad de Protección a los Defensores de Derechos Humanos, Periodistas,
Comunicadores
Sociales y Operadores de Justicia, contribuir a la promoción de los derechos
humanos y las libertades fundamentales, reconocidas en los instrumentos de derecho
internacional, de las personas que promueven y defienden los derechos humanos,
la libertad de expresión y las labores jurisdiccionales.
Entre otras competencias, la
Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad, actuará con absoluta
independencia, autonomía, objetividad, neutralidad y transparencia, mediante
una colaboración activa con la institucionalidad del Estado de Honduras y tomará
las medidas para la ejecución de este Convenio. De encontrar obstáculos para el
cumplimiento de sus funciones y no alcanzar soluciones, podrá considerar el
abandono del país.
El gobierno actual,
garantiza el cumplimiento de los términos de la misión de apoyo, el
acompañamiento, la supervisión y la colaboración en las diligencias de recabar
información, investigación de los casos de corrupción, toma de denuncias,
teniendo pleno acceso a la información y material documental de las mismas y
cualquier otra que guarde relación con la investigación, los archivos
oficiales, las bases de datos y los registros públicos y cualquier informe
semejante, archivo, documento o información en posesión de las personas o
entidades estatales pertinentes, ya sean civiles o militares, con observancia de
lo prescrito en la Constitución Política de la República de Honduras y demás
leyes.
A la fecha, día y hora que
nos ocupa, la MACCIH, cuenta con sus promotores nacionales, pero también con
sus detractores. Lo anterior, genera la eventualidad de dos escenarios
posibles:
El primer escenario, que la
MACCIH, no logré buenos resultados de su trabajo por la falta de compromiso del
gobierno, en cumplir con lo acordado en el Convenio y deba marcharse por su “inaplicabilidad”
(de acuerdo a sentencia judicial de último cuño) en la realidad de la verdadera
lucha contra la corrupción y la impunidad y entonces, se convierta en un
PLACEBO más.
El segundo escenario, que no
existan secretos de Estado, se combata la discrecionalidad y se logre permear
las múltiples “células cancerígenas” que nos rebasan a manera pública y
privada, para acabar con ese sistema inveterado de corrupción e impunidad que
no tiene ideología. Lograda la efectiva lucha contra el flagelo, que no nos
pase como la “Fábula”, del escritor connacional, Jorge Luis Oviedo: “Hace mucho
tiempo (algo así como la eternidad y aún después), en un país de cuyo nombre me
acuerdo siempre, hubo una noche tan larga, que, según mi madre, duró un Siglo. Los
habitantes, unos conejos enormes, se dieron a la tarea de esperar, a ojos
abiertos, la llegada de un nuevo amanecer. Un día, por fin, un enorme sol
disolvió hasta los más leves espacios de la centenaria oscuridad.
Desgraciadamente, para entonces, la gran mayoría de ellos se habían
acostumbrado tan bien a las tinieblas, que aquella sorpresiva claridad les
resultaba desconcertante, y como no pudieron soportarla, optaron por sacarse
los ojos”.
De la MACCIH, se espera que
trascienda de lo que hasta ahora ha realizado (para muchos es la panacea y por
lo tanto, el “muro de los lamentos” local) e inicie la ofensiva que revele lo
que el sistema político hondureño esconde en cuanto a la galopante corrupción y
a la ya, insostenible IMPUNIDAD. Por lo pronto, lo actuado hasta la fecha, les
hace ver como la “Misión de apoyo”… ¡nada más!
Denis
Fernando Gómez Rodríguez
3
de octubre de 2016
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