Consideraciones al diálogo legislativo para reformas electorales
A propósito de elecciones:
Consideraciones
al diálogo legislativo para reformas electorales
La primera consideración, es que el llamado del
Presidente del Congreso Nacional, al diálogo político no sea una simulación monoaural
y que el mismo, entonces, sea inclusivo y plural. Para el presidente de la
Comisión de Asuntos Electorales, existe tiempo suficiente para concentrarse en la
propuesta de reformas de los partidos de la oposición y hacer las negociaciones
pertinentes, que generen cierta “confianza” en el proceso.
La pregunta entonces, es ¿existe voluntad
política real? o el anuncio es un placebo más en la discusión cuatrianual de la
temática.
Las reformas electorales por definición y
práctica, una decisión de las jerarquías o de las élites de los partidos
políticos. La práctica local ha sido así y por lo tanto, uno de los diputados del
Partido Anticorrupción, lo ha reclamado en un espacio televisivo.
La resistencia a las reformas electorales por
parte del partido de gobierno, son normales porque las mismas, crean
incertidumbre, al grado que la expresión común es: “con esta Ley, ganamos y no
ocupamos reformas”.
La segunda consideración, es que si el diálogo
convocado sobre el tema de reformas electorales, servirá como una especie de “moneda
de cambio” con el tema de la reelección presidencial inmediata (y por una sola
vez, como en Estados Unidos, como el estribillo oficialista lo identifica). Si
el tema funciona de esta manera, se presume que un escenario de reforma podría (¿
?) ser de orden Constitucional, con la integración de representantes de los dos
o los tres partidos ausentes en la dirección ejecutiva del Tribunal Suprema
Electoral y del Registro Nacional de la Personas.
La mayoría de los partidos políticos
representados en el Congreso Nacional (afines al partido gobernante y los de
oposición), manifiestan públicamente su interés y apoyo inicial, a la
ciudadanización de las mesas electorales receptoras de votos. El menú de
reformas restantes coincide en algunos temas y varía en otros.
La tercera consideración, es si las
organizaciones sociales, especialmente la no cooptadas, que trabajan en los
temas de democracia y gobernabilidad, aunaran y lograran articular esfuerzos
para incidir con sus recomendaciones o propuestas de reformas electorales ante
los partidos políticos representados en el Congreso.
La cuarta consideración, es ¿cuál será el
papel que jugarán los organismos de cooperación internacional en el tema?
¿activo o pasivo?
Para la Unión Europea, las recomendaciones de
su Misión de Observación de largo plazo (pre-durante y post) del 2013, son de
capital importancia para fortalecer la democracia hondureña.
Desde el inicio de la presente semana y hasta
que finalice la actual legislatura en enero de 2017, seremos testigos, si la
convocatoria al diálogo y la práctica del mismo, será el espacio donde las “cúpulas”
de los partidos políticos legalmente inscritos y sus diputados/as, de tenerlos,
buscan encontrar la congruencia con la máxima aquella “que las reformas deben ser creíbles, para que sean estables y deben ser
estables, para que sean creíbles” como aspiración, reto y compromiso por el
País, su sistema electoral y su democracia… o será MERO PLACEBO.
Denis Fernando Gómez Rodríguez
Septiembre 19, de 2016
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