De un proyecto inconcluso de reformas electorales
A
propósito de elecciones:
De un proyecto
inconcluso de reformas electorales desde las organizaciones civiles
Cada cuatro años de manera cíclica y repetitiva aparecen en la escena mediática temas de reformas electorales
propuestas desde los partidos políticos, de sus diputados/as, desde
organizaciones civiles y en ocasiones, como las sugerencias y observaciones del
2013, de las misiones de observación de la Unión Europea y de la OEA.
A inicios del año que nos
ocupa, con apoyo de un organismo internacional de cooperación, organizaciones
civiles agrupadas en el Grupo de Diálogo de Ciudadanía Activa, gestionaron un
intento para articular una Coalición, con la participación de organizaciones
del Consorcio “Hagamos Democracia” y del CESPAD, para desarrollar un proyecto
de reformas electorales que contendría cuatro propuestas: 1. La despolitización
del Tribunal Supremo Electoral con el objetivo de fortalecerlo y
profesionalizarlo. 2. La ciudadanización de las mesas electorales receptoras.
3. El control de los fondos de financiamiento de los partidos políticos y sus
campañas y 4. Los delitos electorales.
En el tema del Tribunal Supremo
Electoral, la idea es que los Magistrados/as se seleccionen de un proceso de
autopostulación ante un comité de selección conformado por organizaciones civiles,
entre otras y donde a través de audiencias públicas, se nombren hombres y
mujeres por sus méritos profesionales y no por sus afiliaciones o proximidades
políticas.
En el tema de la
ciudadanización de las mesas electorales receptoras, la propuesta se encamina
para que sean ciudadanos/as (no representantes, ni a recomendación de partidos
políticos como actualmente lo establece el artículo 24 de la Ley Electoral), en
un número de tres, con sus respectivos suplentes, los que atiendan la
administración electoral. Todos seleccionados/as bajo criterios bien
establecidos y por sorteo que asegure la mayor asepsia posible. Sumado a lo
anterior, se señala la entrega de las credenciales con nombres completos y
fotografía.
En el tema del financiamiento
de campaña se recomienda la reforma a la Ley electoral, no una Ley (esa es
tarea de la MACCIH), donde se propone que la Unidad de Fiscalización (del
modelo mexicano en el INE) se integre, en primera instancia y por la premura de
tiempo, por la selección de personal a través de una comisión tripartita donde
participe la MACCIH.
En el tema de delitos
electorales, la idea es que el cátalogo de delitos electorales que contempla la
discusión del nuevo Código Penal, se incorporé y actualice en la Ley Electoral
vigente y producto de esa consolidación, se busque reducir la brecha en la omisión
del cumplimiento de la Ley.
El esfuerzo de la propuesta
no concluyó, en tiempo y forma, porque en la etapa de socialización en medios
de comunicación televisiva, uno de los miembros del Grupo de Diálogo, externó
su posición particular de la ilegalidad de la reelección presidencial y el
organismo internacional (que en el 2009, hacía eco de la propuesta de la cuarta
urna) consideró que no era oportuna la discusión y ponía en precario su apoyo
al gobierno de turno y por lo tanto, lo canceló.
La propuesta de reformas
electorales desde la iniciativa de organizaciones civiles quedó inconclusa, la
misma buscaba ciudadanizar la propuesta, que se promueve desde la organización
internacional pero que de manera incongruente y contradictoria, también se niega.
Denis
Fernando Gómez Rodríguez
Septiembre
de 2016
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